dilluns, 14 de març del 2011

El tiempo...



Quiero hablar de algo que conocemos... va contigo... conmigo... donde quiera que estemos... siempre nos acompaña...

Un viejo ermitaño que se esconde en las manecillas del reloj... su paso aparentemente lento se agita ligero y se precipita con los días dando pie a las semanas, meses, años, siglos... lo conocemos como "el tiempo" y lo percibimos físicamente cuando el sol expande sus rayos acariciando la tierra... Y cuando, coqueta, la noche lo besa y él se aleja...

Lo vemos cuando, implacable, nos muestra que ya no somos esos niños que jugábamos en la arena... O cuando impacientes nos arreglábamos para ir a una fiesta... o, sencillamente cuando nos miramos al espejo y descubrimos un rostro con huellas, algunas canas, arrugas o quizás unas ojeras...

Ese viejo que nunca muere, infinita su esencia, nos enseña, nos educa, nos forma... Nos da la suficiente sabiduría para entender el porqué de las cosas simples o complejas, nos lleva a mundos excitantes, serenos, ágiles, placenteros y nos da la posibilidad de crecer y cultivar nuestra inteligencia...

Para algunos el tiempo es un amigo. Para otros no lo es... Algunos lo miran con indiferencia; otros lo valoran tanto que lo aprovechan... quizás hay personas que lo tienen y lo único que hacen es renegar de su existencia. No obstante esta ahí y se quedará hasta el fin de la vida... hasta el final de nuestros días...

Y si te preguntan... ¿Qué has hecho por tu tiempo?... ¿Qué has ganado?... ¿Qué has perdido ?... ¡Cuantas veces por falta de tiempo el padre no aprovecha a sus hijos! Crecen tan rápido... Y cuando mira atrás ellos ya se han ido... Y con ellos un tiempo perdido... Cuantas veces en tu vivir diario no te has detenido a contemplar las cosas sencillas que te ha regalado la vida... El canto de un pájaro... Oler una flor... Sentir el viento acariciar tu rostro, y todo porque no le das tiempo al tiempo...

Detente un segundo... Mira a tu alrededor y te darás cuenta que por más que pase el tiempo, por más que deje huellas en ti... él siempre estará ahí, pero tú no... Así que aprovéchalo...

Vive más tu tiempo con las personas que amas y contigo mismo: disfrútate. Disfruta de las cosas simples, aleja las complejas... Desnuda tu alma... cultiva tu belleza intelectual, moral y espiritual. Esa siempre se queda, pues la belleza física se acaba con el tiempo... es irrelevante y aunque seamos jóvenes, atractivos y bellos el tiempo nos llevará inevitablemente a ser viejos...

Así que abraza tu tiempo y vive con él tu momento...

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